Vivimos en una época donde somos adictos a la validacion instantanea de las redes sociales,una era digital. Donde los algoritmos gobiernan nuestras interacciones,nos dicen que comprar o vender,nos muestran un mundo donde la realidad se distorsiona para satisfacer nuestros deseos y miedos.

Nos preocupamos mas por capturar el momento perfecto para subir a Instagram que por vivir el momento en si. Vamos a conciertos y nos enfocamos mas en filmar que en disfrutar de la musica,la energia y la conexion con los demas.

 

En un tiempo las postales eran la forma en que compartíamos nuestros viajes y experiencias con los seres queridos. Una imagen impresa, unas palabras escritas a mano, un sello postal... todo eso creaba una conexión tangible y emocional con la persona que la recibía. No había necesidad de likes o comentarios instantáneos; la postal era un regalo que se recibía con alegría y se guardaba como un tesoro. Hoy en día, parece que hemos perdido esa conexión auténtica y significativa. La pregunta es, ¿qué es más importante: la experiencia en sí o la validación digital que obtenemos al compartirla? ¿Estamos sacrificando la profundidad de nuestras experiencias por la superficialidad de la aprobación en línea?

 

No se trata del pasado o lo viejo, si no de lo que fuimos perdiendo  y olvidando.

https://www.instagram.com/reel/DN3Et9aYlto/?igsh=MTByNTdqaXBtcHVtaA==